
El Asistencialismo como Promotor de la Discriminación
Durante décadas, el asistencialismo hacia las personas con discapacidad ha sido un tema de debate.
Durante décadas, el asistencialismo hacia las personas con discapacidad ha sido un tema de debate. Por un lado, existen argumentos que defienden la importancia de brindar apoyo y asistencia para garantizar la inclusión y el bienestar de este grupo minoritario. Mientras que, por otro lado, existe la preocupación de que el asistencialismo pueda convertirse en una barrera para el desarrollo de su autonomía y la participación activa en la sociedad. Los programas de apoyo financiero, los servicios de atención especializada, son ejemplos de prácticas que buscan mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad y garantizar su igualdad de oportunidades. Estas medidas fueron pensadas para facilitar a las personas con discapacidad el acceso a la educación, al empleo y los servicios de salud. Sin embargo, existe el riesgo de que estas acciones asistencialistas promuevan la dependencia y limiten la autonomía de las personas con discapacidad.
El impacto negativo del asistencialismo
El asistencialismo genera efectos negativos para el desarrollo de las personas con discapacidad. En algunos casos, puede causar una mentalidad de pasividad y resignación, ya que las personas pueden depender en gran medida de la ayuda externa en lugar de buscar soluciones por sí mismas. Esto puede limitar su capacidad para desarrollar habilidades, perseguir metas personales y participar plenamente en la sociedad.
Además, el asistencialismo mantiene estereotipos y prejuicios hacia las personas con discapacidad. Al considerarlas como meras receptores de ayuda, se las coloca en una posición de desventaja y se les niega la oportunidad de ser vistas como individuos capaces y valiosos. Este enfoque paternalista puede socavar su autoestima y su sentido de pertenencia.
Promoviendo la autonomía y el empoderamiento
Es esencial cambiar el enfoque del asistencialismo hacia un modelo más inclusivo y empoderado. En lugar de solo proporcionar ayuda, se deben crear oportunidades para que las personas con discapacidad participen activamente en la toma de decisiones y en la construcción de su propio camino hacia el desarrollo personal.
El fortalecimiento de la autonomía implica brindar a las personas con discapacidad las herramientas y los recursos necesarios para que puedan tomar decisiones informadas y ejercer su capacidad de elección. Esto implica la implementación de programas de educación incluyente, capacitación para el trabajo, condiciones laborales inclusivas y equitativas, accesibilidad universal y el fomento de una cultura que valore la diversidad y la inclusión. Las empresas desempeñan un papel fundamental en la promoción de la inclusión y el empoderamiento de las personas con discapacidad en el ámbito laboral. En México, existen más de 700 empresas que tienen como objetivo fomentar la inclusión de personas con discapacidad en sus centros de trabajo.
Acciones que pueden implementar las empresas para evitar el asistencialismo
- Igualdad de oportunidades: Las empresas deben garantizar que las personas con discapacidad tengan igualdad de oportunidades en el proceso de contratación, desarrollo y promoción. Esto implica eliminar cualquier forma de discriminación y establecer políticas incluyentes que valoren el talento y las capacidades individuales por encima de las limitaciones físicas, sensoriales, intelectuales o psicosociales.
- Ajustes razonables: Es fundamental que las empresas realicen ajustes razonables para asegurar que las personas con discapacidad puedan realizar su trabajo de manera efectiva. Esto puede incluir la adaptación de las instalaciones, la provisión de tecnología de asistencia, la flexibilidad en las condiciones laborales, entre otros. Al proporcionar estos ajustes, las empresas facilitan que los colaboradores con discapacidad desarrollen su autonomía y maximicen su potencial.
- Programas de capacitación y concientización: Es esencial que las empresas implementen programas de capacitación y concientización sobre la discapacidad en el lugar de trabajo. Esto ayudará a crear conciencia sobre las capacidades y habilidades de las personas con discapacidad, y a superar los estereotipos y prejuicios. Al fomentar una cultura incluyente , se promueve el respeto mutuo y se evita el trato asistencialista.
- Desarrollo profesional: Las empresas deben promover el desarrollo profesional de las personas con discapacidad mediante programas de capacitación y desarrollo de habilidades. Esto incluye brindar oportunidades de formación, asignar mentores o facilitar la participación en proyectos y actividades que promuevan el crecimiento y la adquisición de nuevas competencias. Al invertir en el desarrollo de los colaboradores con discapacidad, las empresas fomentan su independencia y su capacidad para avanzar en sus objetivos profesionales.
- Participación activa: Las empresas deben involucrar a las personas con discapacidad en la toma de decisiones y en la definición de políticas y prácticas relacionadas con la inclusión. Al tener voz y voto en asuntos que los afectan directamente, los colaboradores con discapacidad pueden contribuir de manera significativa y sentirse valorados como miembros activos de la organización.
Referencias
Alayón, N. (1980). El asistencialismo en la política social y en el Trabajo Social. Revista Acción Crítica, 7. Referido de: https://www.ts.ucr.ac.cr/binarios/accioncritica/ac-cr-007-05.pdf
Vicher, D. (Octubre 2021). Entre el asistencialismo y el arranque del desarrollo, el dilema persistente de América Latina. REEDEFIM. http://ru.iiec.unam.mx/5370/1/WP_REDEFFIM_No.2.pdf
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