
Discapacidad, un Recorrido por la Historia
ara comprender el concepto de discapacidad, es vital abordar las representaciones sociales e históricas que permitan vislumbrar las construcciones sociales de la discapacidad, entendiendo que la evolución del propio término no ha sido un proceso lineal.
Para comprender el concepto de discapacidad, es vital abordar las representaciones sociales e históricas que permitan vislumbrar las construcciones sociales de la discapacidad, entendiendo que la evolución del propio término no ha sido un proceso lineal, sino que ha estado sujeto a cambios ideológicos y sociales marcados por diversos acontecimientos históricos.
Realizaremos un breve recorrido por la historia para conocer la manera en la que se abordaba la idea de discapacidad.
Entre los siglos XV y XX, al no existir el término discapacidad, la anormalidad era el concepto bajo el que se catalogaba a aquellas personas que la sociedad rechazaba. No solo las personas con deficiencias físicas y cognitivas entraban en esta categoría, los enfermos, criminales e indigentes, eran personas que tampoco tenían posibilidad de participación ni socialización. Los “anormales” en principio eran totalmente excluidos por la sociedad, se les azotaba y expulsaba de manera cruel de las ciudades.
En el siglo XV inician los hospitales. En estos, se exhibían las enfermedades del cuerpo y el espíritu. Todos los considerados “anormales” eran encerrados. Para el siglo XVII, todo aquello referente a la locura, desviaciones y anormalidades, era simplemente acallados por el encierro.
Sin embargo, estos hospitales no eran establecimientos médicos, eran espacios de opresión.
Las personas recibían tratos indignos, que se escondían bajo una fachada de caridad y protección del orden social; si bien los hospitales sustituyeron las medidas de expulsión, las personas “anormales” seguían sin recibir ningún tipo de apoyo que permitiera su reinserción social.
Durante los siglos siguientes se hizo presente la dicotomía de lo normal - anormal, donde la normalidad era ya considerada un valor moral. Se concibe la idea de que la enfermedad por sí misma es mala. Limitar el origen de la “anormalidad” a una parte del cuerpo dañada o enferma, se mostraba, también, como el primer paso hacia el entendimiento de la discapacidad como un hecho que impacta a la persona, pero que no la define.
Este paradigma médico continuó hasta los años 40. Después de la Segunda Guerra Mundial, se acentuó la idea de que la anormalidad era causada por un problema localizado en el cuerpo, por lo que se establece un modelo médico- rehabilitador. Este modelo consideraba que las personas con discapacidad podrían ser útiles a la sociedad, en la medida que se normalizaran o rehabilitaran. Este concepto refuerza la ideología en la que las personas con discapacidad son quienes deben ajustarse al contexto, incrementando así, su exclusión social.
A finales de los años 60, inicia un nuevo paradigma: el modelo social. Este modelo rechaza la idea de que la discapacidad está ligada a cualquier argumento religioso o científico, afirmando que las causas de la discapacidad son sociales. La “anormalidad” no tiene, ya que ver con las características de la persona, recae directamente en las barreras que impone la sociedad al no tomar en cuenta todas las necesidades de las personas.
Durante los años 90, se amplió la mirada hacia la discapacidad. Del campo médico y científico, se pasó al estudio de esta condición desde las disciplinas sociales, abriendo así, más posibilidades para modificar las interacciones del medio con la discapacidad. Es importante resaltar que la verdadera transformación se logrará cuando comprendamos la diversidad que conforma la discapacidad y tomemos en cuenta las necesidades de estas personas, aplicando un enfoque equitativo y eficiente para todos.
Fuentes de referencia:
Aguado Díaz, A. L. (1995). La historia de las deficiencias. Recuperado el 29 de abril de 2013.
Molina, M. M. (2014, 30 julio). Configuración de la noción de discapacidad en un contexto de vulnerabilidad en Bogotá (Spanish Edition). Editorial Universidad del Rosario.
Te invitamos a revisar la siguiente infografía sobre el tema:
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