
Adiós al Capacitismo. Bienvenida la Inclusión
En 2008, entró en vigor la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Paso importante en la protección de las personas con discapacidad.
El día 3 de mayo de 2008, entró en vigor la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD). Este acuerdo histórico fue un paso importante para la protección de los derechos humanos de las personas con discapacidad y reconocimiento de la necesidad de su inclusión en todos los ámbitos de participación activa, entre estos, el trabajo.
Sin embargo, a pesar de que han pasado 15 años desde la adopción de la CDPD, las personas con discapacidad todavía se enfrentan a muchas barreras en el lugar de trabajo. Una de las mayores barreras es el capacitismo, concepto que hace referencia a la discriminación hacia las personas con discapacidade en función de su capacidad para trabajar o realizar tareas.

El capacitismo puede tomar muchas formas, desde la falta de accesibilidad en el lugar de trabajo hasta la negativa a contratar a alguien debido a su discapacidad. Este tipo de discriminación no solo es injusta, sino que también perjudica a las empresas y a la sociedad en general. La inclusión laboral de las personas con discapacidade es fundamental para el éxito empresarial y para la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
Además del capacitismo, otra forma de discriminación que a menudo se pasa por alto es el uso de matrices de puestos que determinan el tipo de discapacidad que debe tener o no una persona, para poder realizar un trabajo.

Estas matrices no se utilizan para evaluar la capacidad de una persona con discapacidad en el desempeño de las tareas del puesto. Al contrario, su base está en los estereotipos y falsas creencias sobre lo que una persona con determinado tipo de discapacidad puede o no hacer. Esta mala práctica suele limitar las oportunidades de empleo de las personas con discapacidad que tienen el talento y la capacidad para realizar un trabajo.
El uso de estas matrices de puestos es una acción capacitista, ya que parte de la suposición de que todas las personas con discapacidad, independientemente del tipo, comparten las mismas limitaciones y, por ende, “no pueden” realizar determinadas tareas. Esto no solo es injusto para las personas con discapacidad, sino que también limita el potencial de crecimiento de las empresas al excluir a un grupo más de la diversidad humana.
¿Cómo decirle adiós al capacitismo?
En lugar de utilizar matrices de puestos, las empresas deben centrarse en las competencias y la capacidad de cada una de las personas para realizar una tarea específica. Al hacerlo, se pueden identificar oportunidades para que las personas con discapacidad –mediante la implementación de posibles ajustes o adaptaciones razonables–, contribuyan al alcance de objetivos de la empresa en igualdad de oportunidades y equidad de condiciones.
Es importante recordar que la inclusión laboral no es solo una cuestión de cumplimiento legal, sino que también tiene sentido moral y empresarial. Las empresas que fomentan la inclusión laboral tienen mayores posibilidades de acceder a una mayor diversidad de colaboradores altamente motivados y comprometidos, que pueden aumentar la productividad y el rendimiento general de la empresa.
Además, la inclusión laboral es buena para la sociedad en su conjunto. Cuando las personas con discapacidad tienen acceso a empleos y pueden contribuir plenamente a la economía, se rompen estereotipos y se crea una cultura más inclusiva y solidaria. La inclusión laboral también es esencial para cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, especialmente el objetivo 8 que busca "promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos".

En resumen, la inclusión laboral de las personas con discapacidad es vital para el éxito empresarial y para la construcción de una sociedad más justa y equitativa. El capacitismo no solo es una acción discriminatoria, sino que también perjudica a las empresas y a la sociedad. La discriminación capacitista en el lugar de trabajo puede tomar muchas formas, y el uso de matrices de puestos es una de ellas. Las empresas deben centrarse en las habilidades y la capacidad de una persona para realizar una tarea específica y ofrecer adaptaciones razonables para garantizar su éxito. Al hacerlo, se pueden identificar oportunidades para que las personas con discapacidade contribuyan plenamente en el lugar de trabajo y se fomenta una cultura de inclusión y equidad en la empresa.
En el marco del 15 aniversario de la CDPD, es importante que las empresas tomen medidas para fomentar la inclusión laboral y se comprometan a crear lugares de trabajo accesibles y acogedores para todas las personas.
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